domingo, 11 de marzo de 2018

La muerte de un pescaíto


     ¡Que tristeza! ¡que dolor! ¡que pena más grande se siente en el alma cuándo sucede algo así como la muerte de Gabriel!                               Lo que sentirán   sus padres nos lo imaginamos los que tenemos hijos, pero lo que no nos imaginamos es lo que sentirá ese alma fría que ha sido capaz de hacer lo que ha hecho. No vamos a culpar a nadie de asesinato  sin saber la realidad, pero sí de tener la frialdad de un témpano,   el corazón como una roca y una carencia total de sentimientos.
   ¿Volverá a dormir en paz el resto de su vida? Todo es posible, pero lo que sí es seguro que la sombra y la sonrisa de ese lindo pescaíto la perseguirá mientras viva.

PD: Ya sí. Después de unos días ya se puede hablar de esa mujer, en principio, como presunta asesina hasta que la justicia la declare culpable ¡¡Tremendo!! 

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