martes, 26 de abril de 2016

sábado, 16 de abril de 2016

¡Tengo envidia!


        ¡Ay que envidia! Ni te lo puedes imaginar Juan. Me muero de celos cuando te veo abrazando a ese pequeño oso que, de tantas caricias y tanto cariño, está ya estropeado, desvencijado, con carita cansada pero feliz de ser tu acompañante fiel, desde que tienes la capacidad de escoger un buen compañero para que vigile tus sueños, para que te acompañe en tus paseos, para que te ayude a vencer la timidez ante personas y situaciones desconocidas.Yo, que me paso los días añorando tus besos y tus sonrisas, cómo disfruto al darte un achuchón, cuánto me divierto escuchando tus negaciones ante nuestros requerimientos de afecto. Yo, tu abuela, no lo puedo remediar: ¡Tengo envidia de osito!