Se apagaron las luces

   Ya pasó. Se apagaron las luces que alumbraron mi camino durante cincuenta años. Ahora todo son tinieblas, incertidumbre, desorientación,inquietud.Recuerdos agolpados en una mente confusa. Sensación de tristeza, soledad, de horfandad total y absoluta...

Tendré que adaptarme a seguir el sendero con la tenue luz de mis propios ojos, tan debilitados ya. Me esforzaré por continuar siendo la guía y el lazo de unión de la maravillosa familia que hemos conseguido entre los dos y que tanto te añora.

Nunca olvidaré tus preciosos ojos color caramelo que fueron mi orientación y la de nuestros hijos.
Te seguiré queriendo y añorando siempre y para siempre, con la esperanza de volverte a encontrar allá en el infinito. 

Te has ido...

Y tú te has ido.

Te añorarán la brisa y el viento,

se detendrán la esperanza y el recuerdo,

la música, tu guitarra y tus sonetos.

El río seguirá buscando el mar abierto,

la lluvia se posará sobre otros cuerpos,

y todo en mi memoria,                                                                                            se mantendrá intacto...a pesar del tiempo. 

In memoriam

Piel de melocotón, ojitos negros...

           

      Piel de melocotón, ojitos negros.                                                                      Carita de querubín,                                                                                          pelitos de terciopelo.   
               

   Ya llegó Julia. Ya está aquí la niña bonita, la nueva alegría de nuestra familia, la dulce luz que alumbrará nuestros días tristes. Estamos deseando recibir tus sonrisas, tu dulzura, abrazos, besos... Y ¡cómo no! los berrinches, enfados, travesuras y malos humores que nos vayas a aportar. Todo lo que venga de ti será bien recibido.                                                   Tus papás y toda la familia se siente orgullosa con tu llegada. Los abuelos no caben en sí de gozo disfrutando de esa lluvia de ilusiones que hará más llevadero el camino que aún nos quede por recorrer.

    Miles de besos, Julia

Se me enamora el alma...

   
    No lo puedo remediar, cuando todos los años llega la hermosa primavera y se abre la primera rosa de mi patio, me enamoro de ella; me llena de ilusión y esperanzas el comprobar el comienzo del ciclo de la vida, más aún cuando estamos anhelantes por conocer a la nueva criatura que con la primavera, aumentará nuestra descendencia, que dará vida a nuestras vidas en cuanto llegue, y ocupará un lugar de honor en nuestra familia.

     ¡¡Gracias Señor por darnos la oportunidad de volver a disfrutar esa experiencia maravillosa y, que nuestra espera, llegue a feliz término!!

Tren a ninguna parte

    Haciendo un poco de reflexión, volviendo la vista atrás, nos damos cuenta de los trenes que tuvimos la oportunidad de coger y dejamos pasar. Unas veces por ignorancia, otras por pereza, por indecisión o por cobardía... Cuando por fin decidimos tomar uno, lo hacemos con la ilusión y la esperanza de tener suerte y llegar al destino soñado. En ocasiones se consigue pero en otras no.
    Siempre existe el temor de tomar el tren que nos lleve a ninguna parte a pesar de nuestro entusiasmo. A unos les toca uno,  a otros otro, dependiendo de la preparación, el esfuerzo y la suerte que el destino nos tenga deparados.

    Creemos en el destino? Ese es otro tema! 

¡¡Ya llegaron los Reyes!!

       Noche de ilusiones, de alegrías, de esperanzas, de cariño, de nervios acumulados por parte de los pequeños de la casa, que llevan esperando estos momentos desde hace meses.
       La gran noche para los abuelos que soñamos con ver las caras de nuestros hijos viviendo las mismas experiencias que  disfrutamos con ellos y que ahora nos permiten compartir : El contemplar esas  caritas tan amadas, expectantes, llenas de inocencia, de ternura e incredulidad cuando ven que el milagro se ha hecho realidad y se han cumplidos sus deseos. Seguro que es un milagro de Los Reyes Magos.
       ¡Gracias, Señor, por permitirnos vivir estos momentos tan maravillosos!