Los días pasan y pasan, vuelan de prisa sin avisar ni hacer ruido. Nos metemos en la rutina luchando y dejándonos la piel como si fuésemos a ser eternos, desaprovechando oportunidades que no se volverán a repetir.
Anclados en la estación, vemos pasar trenes repletos de amistad, amor, compañía, charlas constructivas, cordialidad,..... mientras no dejamos de mirar el ombligo de nuestro existir, creyéndonos independientes y suficientes cuando, la verdad es que, es difícil no tener que depender de nadie ni necesitar una sonrisa amiga.
Pero la sociedad en la que vivimos se está dejando llevar por esa corriente de suficiencia y de independencia y, así, vemos personas mayores solitarias, niños pegados a los videojuegos que apenas ven ni a sus padres, ya que estos están sobradamente ocupados y preocupados por el trabajo y el dinero para poder vivir con holgura.
¿ Nos conviene seguir este camino? Pienso que no. Creo que es mejor dedicarles más tiempo a nuestros hijos, a nuestros mayores, nuestros amigos de toda la vida y las nuevas amistades que puedan surgir. Reservar el debido tiempo para nuestro espacio personal sin dejar de relacionarnos con el mundo y con sus problemas.Vivir las realidades de nuestro entorno,.....El cuidar todos esos detalles nos hará más gratificante nuestra vida actual y , sobre todo, el futuro.
