Un nuevo milagro, una nueva ilusión, más inquietudes.... Una nuevo ser se vislumbra en la familia.
Las piernas que tiemblan cuando recibes la buena noticia, las lagrimas que se asoman a los ojos, la mente que se pone a dar vueltas y vueltas pensando: ¿Cómo es posible que mi niño se vaya a convertir en un padre de familia? Porque mis hijos, lo mismo que le pasará a todas las madres, serán siempre eso, mis niños, por muy mayores que sean.
Mi niño será padre. Yo seré de nuevo abuela.
Nuevos brotes que aparecen en mi jardín y que, esperamos, se conviertan en unas plantas maravillosas que nos alegrarán la vida, cuando ya nuestra propia vida se alimenta de eso, de esos ojitos tiernos que nos miran expectantes, de esas manitas que se agarran con fuerza a nuestro dedos buscando apoyo, de las risas infantiles , del cariño que te regalan esos pequeños seres que son parte de tu vida, sangre de tu sangre.....
¡Gracias Señor! Esperamos tu regalo con impaciencia.
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