¡Ay que pena me estás dando árbol caído, cuando recuerdo tu apostura y gallardía, tu arrogancia, tu orgullo y gesto altivo, ocultando al arbolillo que tras de ti había!
Aquel árbol que con su inexperiencia, tímidamente las ramas removía, intentando atraer de forma suave, a una paloma tierna que por allí había.
La paloma fue a posarse al más altivo y el árbol frágil de envidia se moría, al comprobar que el nido que esperaba, las ramas del otro poderoso recogía.
Pero el tiempo que pasa para todos, va desgastando apostura y gallardía y las ramas del rey tan arrogante, pierden hojas y se van secando día a día...
La paloma se da cuenta de su error; ve que el rey ya poco la cobija y decidió cambiarse con su nido, al otro que , ya maduro, de siempre le atraía...
Fotografía tomada por la autora en un parque de Dublín (Irlanda).
Me pasaré un día de etos por ese parque, allí pasaré las vacaciones este verano.
ResponderEliminarMe gustan tus ideas, tengo ganas de verte, saludos.
Gracias Paquita. Seguro que te encantará Irlanda, es muy agradable .Bs.
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