Hace unos días , al pasar por un camino, me llamó la atención un almendro aún desnudo y que de una de sus ramas empezara a brotar una solitaria flor. Era... como un pequeño copo de nieve que se hubiese posado allí, o como unos hilos de algodón enganchados por casualidad; pero no, era una flor que comenzaba a vivir en solitario, sin esperar a nadie, deseosa de iniciar la andadura de su corta vida. Al día siguiente, el crudo frío del invierno hizo de nuevo acto de presencia. Pensé en la solitaria flor y en que su vida habría sido aún mas corta de lo que ella misma intuyera.
Me acabo de llevar una sorpresa. He vuelto a pasar por el camino y , a pesar del gélido frío que hace, la flor sigue allí , más abierta, más hermosa, pero aún solitaria. Sus hermanas se han negado a seguirla, y ella permanece firme, desafiando a la dura naturaleza, como queriéndole ganar la batalla, como enarbolando una bandera de valentía, de libertad , de fortaleza, de hermosura,.....
¡ Me has dado toda una lección de lucha contra la adversidad, preciosa flor de almendro !
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