sábado, 11 de febrero de 2012

La niña de mis ojos


Te miro y se me ensancha el alma.
Te acaricio y me pareces de terciopelo.
Escucho tus balbuceos y me creo que es un coro de angelitos.
Te beso y me sabes a miel y a almendras.
Me sonríes y en mi corazón penetra toda la ternura del mundo.
Todas esas sensaciones me las produces tú, María, tan pequeñita, tan inocente, tan indefensa,....
Pienso en el futuro y solo se me ocurre desearte lo mejor del mundo; que sigas recibiendo todo el cariño que recibes ahora y que, también tú, sigas repartiendo amor a todos los que estamos ensimismados contigo e , incluso, a todo el que necesite ser amado.

Tu abuela.

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