Estoy impresionada.
Os cuento: Día de visita turística a un pueblo de Sevilla. Lógicamente recorrimos los lugares más emblemáticos de dicho pueblo como Parroquia, capillas, plazas, casas señoriales,.... y dos conventos de monjas que hay en él. Fue en uno de estos conventos dónde he conocido una realidad que muchos ignoramos y que nos hace ver la generosidad existente en este mundo que, en ocasiones, consideramos materialista, consumista y desagradecido.
Nos comenta la persona que nos sirve de guía (no es un profesional, sino una persona allegada a la causa), que son unas monjas que tienen recogidas veinticinco niñas de familias muy pobres y con muchos problemas. Estas niñas son las que ellas pueden acoger para atenderlas, formarlas y educarlas dignamente, pero que tienen al rededor de trescientas solicitudes. Son veinticinco niñas y jovencitas que van a centros públicos para su formación académica, pero que tienen su hogar, con lo que ello conlleva, en este convento. En total viven en él treinta y cuatro personas con las monjas incluidas y, ahora viene lo realmente impresionante, viven totalmente de la caridad, sin ayuda de ningún tipo, sólo de la caridad de las personas que conocen esta situación.
Ya estamos viendo la generosidad por parte de las monjas y por parte de quiénes les ayudan, pero, siempre la ayuda se queda corta y más, en estos tiempos de crisis. La cosa se complica cuándo parte del convento se deteriora y, obligatoriamente, tienen que arreglarlo....y todo dependiendo de la caridad.
Ahora me pregunto:¿Nos quedamos de brazos cruzados o podríamos hacer algo por ayudar a estas personas?
Creo que podríamos echarles una mano entre todos.
Creo que es tiempo de actuar.