Como todos los años, ha llegado septiembre.Vuelta a la normalidad de la vida cotidiana después de las vacaciones veraniegas; vuelta a la rutina muchas veces necesaria. Personalmente, una gran nostalgia ha invadido mi ser. Me ha llevado a pensar en aquellos finales de verano juveniles, soñando y disfrutando por la llegada de nuestra querida feria local. Paseos a caballo, disfrute al montarnos en aquellas barcas voladoras, en aquellas atracciones de feria que en poco se parecen a las de ahora..., bailes nocturnos, risas sin límites, cansancio acumulado al final de los días feriales...Pero lo que más añoro en estos dos últimos septiembres es la no incorporación a mi vida laboral. No puedo dejar de pensar en la ilusión que para mi representaba la vuelta al "cole". Reencuentro con los compañeros/as, empezar a organizar para tenerlo todo preparado y ver como, unos días más tarde, las clases se llenaban de voces y risas infantiles. Alegría por encontrarlos, incertidumbre por no saber cómo se desarrollaría el curso pero sobre todo, mucha ilusión, muchas esperanzas y muchos deseos de realizar mi trabajo lo mejor posible...
Todo eso quedó atrás, las ilusiones son otras, la realidad diferente, el futuro igual de incierto ( como tiene que ser), y la vida que sigue dándonos oportunidades para seguir realizándonos aunque, inevitablemente, las nostalgias aparezcan de vez en cuando...
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