¿Os acordáis queridos amigos?
Hoy me ha venido a la mente las noches de verano de nuestra juventud. Esas noches calurosas de luna llena, cuando las reuniones enteras salíamos de casa buscando el frescor de los hermosos pinares que circundan nuestro amado pueblo. Íbamos a "lunar". ¿Lunar?, y....¿eso que es?Pues nos dirigíamos cargados de una o varias sandias a comerlas allí, en los pinares, alumbrados por la claridad suave de la luna llena, que, entre los pinos, nos hacía ver imágenes fantasmagóricas y atrayentes. Dulces sandías, dulces noches de amistad sana y sincera de nuestro grupo; sonoras risas alegres y despreocupadas de una juventud parecida a la de ahora, pero distinta en sus intereses y en la forma de actuar.
Bonitos recuerdos de una hermosa tradición que no sé si ha perdurado o se ha perdido, definitivamente, con el paso de los años.
Bonitos recuerdos de una hermosa tradición que no sé si ha perdurado o se ha perdido, definitivamente, con el paso de los años.
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