Se marchó. Ha subido abriendo caminos para toda su familia.
Lo imagino sonriendo feliz, con esa sonrisa tierna de la infancia, mirando hacia atrás sin comprender el dolor que ha dejado con su marcha.
Allí arriba jugará con otros ángeles tan dulces como él. Le pedirá Al Infinito Todopoderoso por los que han quedado aquí llorándole, para que dulcifique el vacío que ha dejado. Se cobijará en el regazo de la Madre del que lo dio todo por amor, que también es su Madre, nuestra Madre.....
Pero nosotros, de todas formas, nos seguiremos preguntando: ¿Por qué, Señor, por qué?
Algún día esperamos obtener esta respuesta.
Esa es nuestra fe y esa es nuestra esperanza......
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