Tarde de calor que presagia la próxima llegada de agosto. Estado de ánimo que me lleva a mi niñez, a recordar esos atardeceres tan similares a este y tan diferentes...
A la mente revierten los recuerdos de una casa amplia y fresca, con un patio en el que destacaba el pozo, que en este caso, más que útil, era decorativo. Frondoso jazmín ; eterna y resistente bugamvilla ; hermoso árbol de lilas que con su olor impregnaba todo el ambiente, mezclándose con el dulce aroma de los jazmines...Manos femeninas haciendo moñas con esas preciosas y pequeñas florecillas blancas, que se prendían al pelo o al hombro del vestido a la usanza de la época. Puertas abiertas de par en par haciendo entrar el poco aire fresco que corría...Tertulias familiares y vecinales en las puertas de las casas hasta altas horas de la noche: Tranquilidad, confianza, seguridad...
Hermosos tiempos que no volverán...