Frío, viento, lluvia y más lluvia; sapos que aparecen por debajo de las *caracolas del colegio, peligrando su integridad física si caen en las traviesas manos infantiles. Niños y niñas desesperados por no poder disfrutar al aire libre de su media hora de recreo. Los maestros y maestras atacados de los nervios por la inquietud que el alumnado manifiesta, soñando con que la primavera que se aproxima no sea demasiado lluviosa.Temor a que el verano se anticipe y empiece a regalarnos calor y más calor......
Así son las cosas y, al final, ni sabemos lo que es mejor.
*Clases prefabricadas cuando el numero de aulas no es suficiente en un centro.
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