Cuando nos vamos haciendo independientes, empezamos a darnos cuenta de que tenemos que cuidarnos de los peligros que nos vamos encontrando en nuestro caminar, y de los que tenemos que defendernos por nuestros propios medios. Es una preparación y un aprendizaje que durará toda la vida y del que sacamos experiencias y conclusiones, unas veces buenas y otras...no tanto.
Pero hay peligros aparecen de golpe y para los que nunca estamos preparados.
De la noche a la mañana se nos puede presentar una situación límite ante la que no sabemos como reaccionar. Para esas situaciones no existe preparación posible. Tenemos que anteponer la razón al dolor, la templanza ante el nerviosismo y, después de pedir una ayuda especializada, elegir la que creemos mejor solución ante varias posibilidades, con la esperanza de acertar en la decisión tomada o el temor a equivocarnos....y todo ello sin perder un minuto de un tiempo que, en estos casos puede ser vital......
Duros momentos para almas doloridas y mentes confusas, en las que aparece un abismo ante tus pies......
Los no creyentes imagino que confiarán en si mismos y en la ciencia. Los creyentes, aparte de en la ciencia, nos agarramos a Dios y a su misericordia infinita para ponernos en sus manos esperando siempre la mejor.ayuda y el mejor consuelo.
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