Preciosa mañana de Mayo en el que el jubiloso repique de campanas de la cercana iglesia, nos anuncia, que un numeroso grupo de niñ@s vestidos de blanco se dirigen a ella junto con una familia, tan contenta y entusiasmada cómo ellos mismos, para recibir su Primera Comunión. Nerviosos, ilusionados y felices, comienzan un día que prometemos será inolvidable, ya que perdurará en su memoria para toda la vida.
También en otra iglesia no tan cercana, será un grupo de alumnos/as míos los que se acerquen a recibir dicho Sacramento. Mi pensamiento está con ellos igual que lo estaba con los que lo recibieron la semana anterior.
A todos les deseo la máxima felicidad.
Ha resultado un día precioso. Gracias por acordarte de los peques.
ResponderEliminar