Ya pasó. Se apagaron las luces que alumbraron mi camino durante cincuenta años. Ahora todo son tinieblas, incertidumbre, desorientación,inquietud.Recuerdos agolpados en una mente confusa. Sensación de tristeza, soledad, de horfandad total y absoluta...
Tendré que adaptarme a seguir el sendero con la tenue luz de mis propios ojos, tan debilitados ya. Me esforzaré por continuar siendo la guía y el lazo de unión de la maravillosa familia que hemos conseguido entre los dos y que tanto te añora.
Nunca olvidaré tus preciosos ojos color caramelo que fueron mi orientación y la de nuestros hijos.
Te seguiré queriendo y añorando siempre y para siempre, con la esperanza de volverte a encontrar allá en el infinito.