A ti, en la que hubiera sido la fecha de tu cumpleaños, te
quiero dedicar éstas palabras que salen de mi corazón con todos mis
sentimientos.
A esa persona humilde, sencilla, trabajadora al
máximo, amante de la familia, por la que luchaste sin descanso y, así, sacar
adelante a tus "cuatro señoritas" a las que adorabas
sin pedir nada a cambio .
A ti, que sólo te permitías dejar de trabajar unos
escasos días al año, siempre por las mismas fechas para presenciar unas
corridas de toros, algún teatro musical y, eso sí, al Rocío en sus fiestas para
adorar a la Santísima Virgen y tomarte unas copas con tu familia a la que
supiste transmitir el amor rociero.
A ti, a esa buena persona amante de la música que
acompañaba a su Virgen del Valle en toda la procesión, detrás de Ella, oyendo
la música que al cielo te transportaba.
A ti, que pasaste los últimos veinticinco
años de tu existir sin ver ni la luz del sol, sin dejar escapar de tus labios
ni una sola queja por esa circunstancia; que te marchaste de ésta vida
pidiéndonos perdón a tus hijas y familiares por las molestias que nos hubieras
podido dar, sin darte cuenta siquiera, que te merecías todo nuestro trabajo,
nuestro respeto y nuestro cariño.
Estoy segura de que
ocuparás un buen lugar en el Paraiso.
Gracias papá.