Llueve desde hace unos días. Ya no se ve ni una sola hormiga deambulando para buscar su sustento invernal porque sus almacenes estarán repletos hasta la primavera. Han trabajado con ahínco y sin que nadie se lo impida durante meses y meses, sabiendo muy bien que ese trabajo les garantiza su alimento, pudiendo estar tranquilas y satisfechas hasta la primavera.
Pienso, y las comparo con las personas: Las hay que, sin saber lo que es tener una ocupación, no conocerán las estrecheces en toda su vida y, por el contrario, la mayoría trabajadora lo hace para vivir justitos. Pero, se me parte el alma al ver como los que, queriendo trabajar, no tienen posibilidad de hacerlo, y cuando observo como algunos desalmados se aprovechan de los más desafortunados. ¡Qué injusticia!