Invierno gris: Tu, que te acercas a pasos agigantados, que te imaginamos triste, frío, oscuro..., que te
observamos con cierto temor por las consecuencias que puedes
traer contigo.
A ti, que llegas tras un
otoño melancólico y que nos llevas pasito a pasito a tu morada. Te quiero ver como un halo de esperanza, no como
el final de una etapa sino como la continuación de un largo existir donde
seguimos teniendo amor, ilusiones, alegrías... Es la fase desde la que podemos
llegar al cúlmen de la sabiduría, de la intuición, de la experiencia.
No te queremos imaginar
como a una estación de la vida en la que los trenes se quedan aparcados, solos,
olvidados... no debe ser así.
Tenemos la certeza de que
la experiencia contraída servirá a los demás, de que la sabiduría adquirida
con el paso de los años ayudará a los que están en otras estaciones inexpertas. Soñamos con que, en caso de necesidad, tengamos el consuelo que el agua del
invierno aporta a las tierras resecas para que vuelvan a florecer las plantas;
que, en el cielo cubierto de nubes, aparezcan
rayos de sol para iluminar nuestro existir trayendo energía, alegría, vida...
para seguir viviendo.
Debemos pensar que vamos
a recibir todo el amor que a lo largo de la vida hayamos repartido, todo el
respeto que siempre intentamos demostrar a los demás, la compañía que hemos regalado en muchas ocasiones...
Que nuestro cuerpo deteriorado
por los años, será capaz de resistir las tormentas que nos lleguen y las aceptemos
con toda la dignidad posible.
Esperamos que en el momento final que a todos nos
ha de llegar, sintamos la paz y la dulzura que anhelamos, y todas las cosas buenas que hayamos hecho en
esta vida, nos acompañen en nuestro viaje definitivo; que el ejemplo que podamos dejar no sea indiferente a los demás, y sea un ejemplo a seguir por las otras
estaciones venideras: primavera, verano, otoño...
Deseamos la llegada al infinito con las manos
llenas de los frutos recogidos, en proporción a la cosecha sembrada durante tantos años, la satisfacción del deber cumplido y que lleguemos al lugar maravilloso que nos espera y, allí, seamos recibidos con los
brazos abiertos para disfrutar, definitivamente de la auténtica Paz.